martes, 31 de julio de 2012

Detalles. Dia 6

Este dia fue un poco ams tranquilo, quiza el mas tranquilo desde que llegue a Japon, Era mi sexto dia en el país, asi que ya tocaba bajar el ritmo. Por la mañana continuamos, igual que el dia anterior recogiendo hojas de te para, posteriormente secarlo en la fabrica.

hoja de te
 La verdad esque para entonces todos nosotros nos tratabamos como si fueramos amigos de toda la vida.

todos nosotros en un descanso
 Por la tarde fuimos a una fabrica, donde nos enseñaron la manera tradicional de secar el te. manualmente y con unas maquinas primitivas, que enrollan y secan el te.
Osamu secando te

martes, 24 de julio de 2012

Detalles. Dia 5

 Comencé este día con gran ilusión, pero a la vez nervioso, pues todavía no sabía cuanto de duro iba a ser el trabajo. Tras un desayuno frugal nos informaron de que esa mañana visitaríamos el pueblo, las plantaciones y subiríamos a la montaña para ver las vistas. Mi sorpresa fue mayúscula al descubir el vehículo que nos llevaría a los diferentes sitios.

remolque



overbooking en el remolque

 La primera parada de nuestra visita fue un árbol que según la gente de la zona tenia 2500 años de antigüedad.


Después nos llevaron a visitar algunos templos, donde nos enseñaron a rezar.


Las siguientes paradas fueron en las montañas, para que viéramos las vistas, pero antes, visitamos la tumba de una princesa, aunque lamentablemente estaba cerrada.

subida hacia la tumba de la princesa

vistas del pueblo desde las montañas

 Por la tarde recogimos hojas de te para, al día siguiente aprender a secarlo manualmente, como se hacia en la antigüedad.

Y por la noche, dos lugareños muy simpáticos nos enseñaron un ritmo de tambores con el que se llamaba a los dioses de la lluvia y protectores de las cosechas.

Compañeros aprendiendo la canción
Para cenar teníamos la fiesta de bienvenida, donde ofrecí comida típica de aquí a todos los granjeros que vinieron a cenar con nosotros.

 

miércoles, 18 de julio de 2012

Detalles. Dia 4

ATENCION!! ESTE POST HA SIDO ACTUALIZADO 24/7/2012

Si he de elegir un momento de máximo stress y tensión en mi vida, me quedo con el vivido ese día durante toda la mañana, poneos en situación: era el día en que debía coger un tren, cargado con la maleta y dirigirme a un pueblo de las montañas, donde reunirme con el resto de voluntarios. En un país que no conocía en una lengua que apenas alcanzo a hablar y una escritura que apenas alcanzo a leer. O sea, era ciego y mudo en un extraño país.

 Me despedí del dueño del albergue y salí entre gritos de ánimo de los huéspedes que había en el hall y conocían la hazaña que me proponía llevar a cabo, enfile la calle hacia la estación, por suerte era todo recto y no tarde más que 5 minutos en llegar, pero, debido al 85% de humedad en el ambiente para entonces ya estaba empapado en sudor.

Atravesé el centro comercial de la gran estación y por fin llegue a la entrada. Saque el billete y entre al andén, de momento todo marchaba, pero mi euforia motivada por esa pequeña victoria pronto se desvaneció. Ante mi, dos escaleras, cada una llevaba a un lado del andén pero... ¿cual debía coger yo? baje por un lado, aleatoriamente y me di cuenta de que todo el mundo iba hacia el andén del otro lado, así que volví sobre mis pasos y baje hacia el otro lado, pero para cuando llegue un tren había partió y no había nadie en el andén. Desesperado busque a mi alrededor una cara joven que entendiera mi ingles o tuviera paciencia con mi japonés pero solo encontré un señor avanzado en edad que vigilaba las salidas y llegadas.

En mi pobre japonés le explique mi situación y me explico que debía coger el siguiente tren y hacer un trasbordo a mitad de camino (¡¡eso no es lo que ponía en el gran cartel de la entrada!!).

Me embarque en el siguiente tren y pusimos rumbo hacia lo desconocido, allí dentro un cartel igual q el de la estación me confirmo que iba por el buen camino. ¡Segunda victoria!

Baje en la estación que me había indicado el amable señor, pero, de los nervios olvide que tren debía coger a continuación, en las pantallas solo se mostraban canjes complejos imposibles de descifrar para mi, llego otro ten y me dispuse a cogerlo, pero algo raro paso. Nadie más subía a ese tren. El revisor me miro extrañado, y comenzó a hablarme, lo poco que conseguí entender es que se trataba de un tren fuera de servicio y que debía coger el siguiente. Por suerte una amable ancianita se hizo cargo de mí, y me indico cual debía coger.

Una curiosidad de las estaciones japonesas es la organización que hay. Al lado del nombre de los trenes que llegaran aparece una letra A o B y un triangulo o cuadrado, en el suelo aparecen pintadas esas mismas marcas, se trata de un sistema para q los japoneses hagan cola en los puntos indicados dejando espacio para las personas que bajan, el triangulo y el cuadrado sirven para diferenciar las colas de 2 trenes que vayan a llegar seguidos y las letras, el sitio exacto donde quedaran las puertas de cada tren.

Esta imagen sacada de internet ilustra (de forma parecida) lo que quiero decir


Una vez cogí el nuevo tren mi orgullo y satisfacción no podía ser más grande, lo había conseguido!! Ese tren me llevaría directo al punto de reunión, estaba todo hecho, pero pronto me daría cuenta de que aun no podía cantar victoria, la trayectoria debía durar aproximadamente 1 hora, yo, siendo previsor había cogido ese tren con dos horas de antelación, así q llegaría una hora antes de lo previsto al punto de encuentro, así me evitaba sorpresas de última hora. Pero pronto la situación se puso tensa cuando, tras media hora de camino el tren no arranco de la estación donde había parado, el tiempo pasaba y el tren no arrancaba, hablaban por los micrófonos pero yo no entendía que decían, hacía un calor sofocante, seguía pasando el tiempo y la hora de reunión se acercaba peligrosamente, por fin, tras 45 minutos de espera se puso en marcha, mentalmente estaba exhausto de buscar alternativas de viaje. Había perdido casi toda mi confianza inicial.

Repase mentalmente la información que aquella simpática anciana me había dicho, el nombre de la estación donde debía bajar. Yo sabía que se trataba de un pueblo en las montañas, así que no me extraño ver como el paisaje se transformaba dando paso a grandes colinas verdes. Pero, de repente algo volvió a hundir mi confianza, la civilización volvió de nuevo, repase mentalmente el mapa de gloogle earth que vi antes de viajar, no era posible!, al salir de Osaka solo debía haber verde y más verde hasta llegar a mi destino, ¿de dónde había salido aquella enorme ciudad? ¿Acaso me habría pasado la parada? Mi mente volvió a trabajar a toda prisa buscando una solución, finalmente decidí preguntar a un viajero, el me explico que estaba todo bien, que me faltaban 3 paradas, y que aquella gran ciudad no eran tan grande y se llamaba Nara, aliviado volví a mi asiento.

Aun no habían acabo mis problemas, pues una vez hube bajado del tren, no encontré por ningún lado la estación de autobuses, donde debía reunirme con mis compañeros, al preguntar a un encargado de la estación, el me pregunto a su vez, que a cual estación de autobuses quería ir, porque habían 2. Yo no tenía ni idea, y el hombre tuvo que marcharse para continuar con sus obligaciones. Mire mi reloj, faltaban 3 minutos para la hora prevista, no iba a llegar a tiempo!!!!, decidí improvisar y subí por las primeras escaleras que encontré, camine por un largo pasillo, de repente oí a mi espalda una dulce voz que decía, Ruisu san? (Ruisu es Luis en japonés) me gire, una chica joven con mucho stress se me acerco, con un gracioso acento me pregunto: are you ruisu san?. Yes I am, le respondí, Oh finally!! Come with me, we are late!! respondió a su vez, se trataba de Akiko, líder del campo de trabajo, lo había logrado, no sé cómo, pero lo había conseguido, cargue con mis cosas y la seguí a la salida, allí un grupo de gente saludo a Akiko, los mire tímidamente, 3 chicas asiáticas por un lado, 4 chicas asiáticas en un corrillo, y un chico coreano hablando con un chico que me pareció occidental, pero al que no me dio tiempo de ver bien puesto que Akiko había comenzado a hablar, decía: Minna! (ey, vosotros!) he is ruisu san, from Spain. Escuche unos tímidos konnichiwaaaaaaaa (holaaaaaa) pero una voz se escucho por encima del resto: ostras! otro español! en ese mismo instante súper que todo iba a salir bien, y que iba a vivir la mejor experiencia del mundo, ya no estaba mudo, y ya no estaba ciego.

Aquí que había hablado era el chico occidental que he mencionado antes, Juanma, enseguida quedo claro que nos íbamos a entender muy bien, ya en el autobús que nos llevo hasta el sitio donde dormiríamos acordamos no hablar en español más que lo justo, como símbolo de buena educación hacia el resto de compañeros y como método para aprender más ingles y japonés.

La primera pregunta hacia Juanma y hacia mí de nuestros compañeros fue que nos había motivado a viajar tan lejos, y los dos respondimos al unísono, el manga! (Comic japonés) todos reímos y hablamos sobre nuestros mangas favoritos.

Cuando llegamos dejamos las cosas en las habitaciones, de estilo japonés, y nos reunimos en el comedor del centro social.

nuestra habitacion de estilo japones
Allí nos presentamos uno a uno, y tras ello nos presentaron a algunos miembros que habían llegado el día anterior, un chico japones y una chica taiwanesa. Debatimos posteriormente sobre turnos de cocina y presupuesto para el desayuno. Por la tarde y por la noche conocimos a los granjeros que trabajarian con nosotros.


ACTUALIZACIÓN:  os dejo alguna imagen mas de este dia

pizarra de bienvenida

Grupos de cocina

Primera noche en nuestra habitacion